lunes, mayo 14, 2007

La varicela

Lo que voy a contar aquí es algo que me ocurrió cuando tendría 5 o 6 años. Por aquel entonces, mis hermanos y yo fuimos a vivir con mis tíos, cerca del pasaje que hay en la Macarena, al lado del espumarejo. A mi padre le operaban de un quiste y mi madre la tuvieron que operar del apéndice, con lo que mis tíos nos recogieron durante unos días.

Estando allí, cogimos todos la varicela (o el sarampión). Yo estaba desesperado, todo mi picaba. Un día, mi tía Dolores, fue a echarme polvos de talco para que dejara de picarme. Yo pensé que aquello era jauja, y había que embadurnarse de 'harina'. Así que ni corto ni perezoso, me baje los pantalones y le dije que me echara en los huevos, que allí también tenia postillas de esas y no paraba de arrascarme. Pueden imaginarse la situación, de pie en la cama, con los pantalones bajados y mi tia escandalizada, sentada en ella, mis primos y mi tío Eduardo absolutamente descojonados ante el espectáculo.

Desde entonces, es algo que se cuenta alegremente siempre que coincido con mis tíos.

La verdad que es lo que siempre me ha pasado, no tengo termino medio. Dicho de otro modo, o me subo al guindo, terminando estrellado (con güindo encima) o no me subo, pero el güindo termina cayéndose encima mía.

6 comentarios:

  1. Al menos es un guindo y no un olmo o un zarzal... :)

    ResponderEliminar
  2. O dos, pero dame tiempo, siempre puedo superarme.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Pues menos mal que por aquel entonces no había videocámaras de consumo 'humano' y el youtube no existía.

    ResponderEliminar

Cómo utilizar el servicio Secrets Manager para guardar las claves privadas de SSH

Para guardar la clave privada en el servicio Secrets Manager como un secreto en modo texto sin formato, sigue estos pasos Supongamos que la ...