Hace un rato acabo de llegar de la playa. Estando allí, volví a recordar una idea que pasó por mi cabeza hace unos años de un viaje que hice a Cádiz, cuando estuve en una de sus playas que tiene al final un pequeño cuartel militar u observatorio astronómico, que no gastrónomico.
Si viviera en otro tiempo y lugar, seguro que no me importaría trabajar en un faro. Sería el guardián del mar y de la tierra. También sería su confesor y todos los días escucharía sus secretos, susurrados al oído con voces traídas por la brisa.Si, definitivamente estaría en buena compañía.
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ResponderEliminarEso, ya contarás 'the adventures of ahijado' :DDD
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