miércoles, mayo 23, 2007

Bajo la tormenta

A las 17:30 tenia una reunión en Isotrol para algunos flecos de mi marcha. Mientras llegue el edificio bluenet -sede de Isotrol- vi que el cielo se estaba poniendo muy oscuro. 'No puede ser, al final va a llover y me lo voy a perder, tengo que darme prisa'.

La reunión transcurrió bien pero cuando salí, empezaban a caer las primeras gotas, se escuchaban truenos y se veían los fogonazos de los relámpagos. 'Ojalá me de tiempo a llegar al río'. Cuando llegue al río -sobre las 18:30-, estaba había empezado a llover bastante fuerte. No me lo pensé mucho, me cambié de ropa y cogí la piragua.

'La ostia, estas loco, ¿con la que esta cayendo?'. En eso pensaba mientras bajaba la piragua por la escalera que da al embarcadero. Cuando me metí dentro de la piragua, empezaba a estar calado, pero era increíble ver el río, no se veían olas, el agua estaba 'rizada', llena de gotas blancas de agua, producto del efecto de caer en el río. Mi idea inicial era darme una vuelta, llegar al puente de triana y volver. No sabía como se llenaría la piragua de agua.

Cuando llegue al puente de triana, seguí hasta el siguiente, el del cachorro. Llovia fuerte, pero la piragua apenas se había llenao de agua, así que me animé y decidí hacer el otro puente -la pasarela-. Antes de llegar a este puente empezó a llover de verdad, los margenes del río humeaban por el vapor del agua. Aquí pude volverme, pero decidí seguir, no entiendo el motivo, pero fui para adelante. El tramo desde la pasarela hasta la barqueta fue la leche. No sólo llovía, sino que también granizaba y de una forma impresionante. A medida que me acercaba al puente de la barqueta, con el único pensamiento de meterme debajo del puente para resguardarme, más llovía y mas granizaba. No podía ni levantar la cabeza para mirar pa'lante. Cuando llegue a la barqueta, me fijé en la piragua, tenia 5 dedos de agua por dentro, los huevos los tenía congelados de lo fría que estaba el agua... Y todavía tenía que regresar.

Aquí fueron los momentos más duros, los mas angustiosos. Al tener tanta agua la piragua, me costaba más moverme, tampoco podía quedarme mucho rato debajo del puente por culpa del frío que hacia. Decidí, hacer el camino de regreso, pero seguía lloviendo con la misma intensidad, todavía caían granizos, hasta la mitad del tramo entre la barqueta y la pasarela. Por fortuna, amaino un poco la lluvia y me dejo llegar al puente de la pasarela. La piragua estaba más llena de agua, pero todavía era manejable. Debajo del puente decidí esperar a que escampara, porque se vislumbraban algunos claros. Esperé unos 15 minutos hasta que dejó de llover, pero no fueron muy relajados, todo el tiempo tenía que estar moviéndome, para evitar enfriarme y que la corriente no me arrastrase fuera de la sombra del puente.

Una vez que dejó de llover, emprendí el resto de la ruta de los 6 puentes. Me costó hacer el resto de los tramos que quedaban por el peso de la piragua, pero pude llegar al embarcadero.

En esos tramos pude observar una cosa interesante, los peces. Había un montón, por todos lados, dando saltos y haciendo círculos de burbujas. Era para grabar un vídeo.

Con todo ello, olvidé mirar que tiempo había empleado en hacer el recorrido. Pero me importa bien poco.

2 comentarios:

  1. qué aventura.. debió ser espectacular..
    con la que cayóoo por dioss
    mE HA gustado mucho leer tu experiencia

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  2. Impresiona aquello. Sencillamente porque te acuerdas de la primera vez que te montas en la piragua y vez el río tan grande y tú tan chiquitito.

    Y ahora, estas igual, pero con el añadido de la lluvia, entonces te acojonas aún más. No es para hacerlo todos los días (y más en Sevilla, por el tiempo que tenemos que es muy dificil que llueva) pero por una vez, es la leche.

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