El ataque de pereza de ayer domingo continuo por la madrugada. Las películas que echaban no contribuian a evitar el zapping y así me encontré que estaba echando 'El último tango en París' en la tele -después de ver un poco de Vanilla Sky, Shiner con Michael Caine y una película de un viaje a Marte con la protagonista de Matrix-.
La película del último tango en París tiene la propiedad de engancharte a verla y siempre me sorprenderá la forma en que dos extraños llegan a un acuerdo tácito sin mediar muchas palabras ni discusiones. Y más aún tratándose de lo que se trata, 'sólo para darse gusto' como dice Marlon Brando en una escena.
La película del último tango en París tiene la propiedad de engancharte a verla y siempre me sorprenderá la forma en que dos extraños llegan a un acuerdo tácito sin mediar muchas palabras ni discusiones. Y más aún tratándose de lo que se trata, 'sólo para darse gusto' como dice Marlon Brando en una escena.
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