La última vez que la ví caminaba sola, nadie se atrevia a mirarla. Todo su cuerpo emanaba una sensación de rechazo y determinación, de frialdad que todos intentaban eludir, rehuyéndola y escapando del abismo que ella interponia con los demás.
Intenté seguirla, pero no pude, me heló el corazon antes de que pudiera tocarla y caí presa del miedo y de un vértigo mortal. Cuando desperté, era tarde, desapareció como una sombra en un bosque de tinieblas.
Intenté seguirla, pero no pude, me heló el corazon antes de que pudiera tocarla y caí presa del miedo y de un vértigo mortal. Cuando desperté, era tarde, desapareció como una sombra en un bosque de tinieblas.
Breves notas sobre Sasayaku, una shinobi que renunció al honor para seguir su corazón.
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