miércoles, julio 05, 2006

Escaramuzas piragüísticas rivereñas

Bien, bien, bien, que se puede decir de un día como este?. Bastante, pero lo relevante es que he llegado a una entente cordial con la piragua. Antes de montarme hablé de tú a tú con ella, mirándola a los ojos, sin miedo. Le deje muy claro, que aquí quien tenia que perder era ella, que como me hiciera alguna jugarreta, significaría su hundimiento inexorable. Por desgracia para ella, no tiene salvavidas y yo sí.

La piragua acepto, a regañadientes, pero ha sido leal al pacto. Ninguna mala pasada, incluso me ha mostrado el camino y en ciertas partes ella ha llevado el control, porque sencillamente estaba cansado y no podía con la pala, con lo que amablemente me ha enseñado cual es el camino a seguir para cansarme menos.

Por supuesto, todavia soy un peligro y puedo liarla en el rio, no tengo la menor duda al respecto.

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