jueves, octubre 04, 2007

Ataques de siesta

Después de almorzar al mediodía en el trabajo me entra mucho sueño. Incluso me quedo dormido, dando cabezadas. Por fortuna estoy sentado al final del todo (donde están los chicos malos) y casi nadie me ve, -o eso es lo que creo, o es que está todo el mundo dormido a esa hora y nadie se fija-.

Pensando en eso, creo que vendría muy bien una media hora en una sala oscura, sin ruidos, donde echar una cabezadita y no tener que simularla, leyendo un libro 'técnico', mientrás apoyas la cabeza sobre una mano haciéndote pasar por un 'concentrado lector' de pacotilla, que es lo que justamente hago. Me pillo el libro más gordo de la mini-biblioteca y ala, a hacer como el que leo.

En fin, para sobrevivir a estos ataques de siesta me tengo que levantar y dar una vuelta por la sala de la oficina, estirando las piernas, aunque pocas veces sirve, na más sentarme, el sueño me ataca de nuevo, puesto que estaba esperando, debajo de la mesa, como el avejaruco cuando acecha a su presa...[con música del programa "El Hombre y la Tierra" del Félix Rodríguez de la Fuente]

1 comentario:

  1. Creo que eso que dices ya lo implantaron los japos hace algún tiempo, poner salas para siesta en algunas oficinas.

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