Pocas cosas hay tan agradables como que empiece a llover justo cuando te metes en el coche, y en ese momento, se ponga a llover más fuerte, como si se fuera a desplomar el cielo.
Te quedas entre acojonado y aliviado, al ver la que esta cayendo y de la que te has librado (y te estas librando).
Es genial.
Te quedas entre acojonado y aliviado, al ver la que esta cayendo y de la que te has librado (y te estas librando).
Es genial.
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