Ayer noche, cuando volvíamos de casa de unos amigos de Troty en dirección al dragón verde, me pararon en un control de alcoholemia. Por la propia prueba en sí no estaba preocupado, puesto que no había bebido alcohol, sólo coca-colas, pero el hecho de que me parara la guardia civil y no dominar los mandos del coche (abrir y cerrar ventanas) me puso muy nervioso.
El guardia civil se quedaría muy extrañado ante mi comportamiento, pese a dar 0.0 en la prueba, porque no atinaba ni a subir la ventanilla de mi puerta. No era capaz de hacerlo. Luego se complicó la cosa porque el coche no me arrancaba y para colmo de males, había dejado el freno de mano echado.
Todo fué un despropósito porque incluso Edu, que iba sentado en el asiento trasero, no llevaba el cinturón puesto. Elena sí se dió cuenta de que me puse muy nervioso, aunque intente quitarle gravedad al asunto, pero la carita se me tuvo que cambiar.
El guardia civil se quedaría muy extrañado ante mi comportamiento, pese a dar 0.0 en la prueba, porque no atinaba ni a subir la ventanilla de mi puerta. No era capaz de hacerlo. Luego se complicó la cosa porque el coche no me arrancaba y para colmo de males, había dejado el freno de mano echado.
Todo fué un despropósito porque incluso Edu, que iba sentado en el asiento trasero, no llevaba el cinturón puesto. Elena sí se dió cuenta de que me puse muy nervioso, aunque intente quitarle gravedad al asunto, pero la carita se me tuvo que cambiar.