Una de las primeras cosas que he hecho al regresar de Madrid ha sido coger de nuevo la bicicleta. Durante toda la semana santa no la he cogido, así que tenia ganas de darme una vuelta por las calles del centro que ya estaban despejadas y se podía circular de nuevo.
Pero ahora, al ir por las calles las llantas chirrían al rozar con el suelo por culpa de la cera de los cirios. Donde más se nota es en las calles de adoquines. Da gusto pedalear de pie, que es cuando hace más ruido :-).
Por cierto, tengo que inflar las ruedas, están algo flojas.
Pero ahora, al ir por las calles las llantas chirrían al rozar con el suelo por culpa de la cera de los cirios. Donde más se nota es en las calles de adoquines. Da gusto pedalear de pie, que es cuando hace más ruido :-).
Por cierto, tengo que inflar las ruedas, están algo flojas.
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