Durante la noche del sábado al domingo volví a reencontrarme con los sueños de siempre. En esta ocasión fueron dos.
En el primero, estaba aparcando un coche en una cuesta, pero no lo hacia muy bien y golpeaba al que estaba delante y al que estaba detrás, con tan mala suerte que el coche que estaba detrás, un mercedes de estos antiguos, se movía y se iba deslizando cuesta abajo. Justo abajo del todo había una casa con la que el coche chocaba y terminaba destrozando parte de la pared de la casa. Un estropicio total, no sabia que coño hacer y me pongo a dar vueltas alrededor de la casa/coche incrustado. Aquí, de forma brusca se interrumpe este sueño y me encuentro en otro sueño diferente.
En este segundo sueño, llevo un carrito de compra de un supermercado por la calle y me dá por soltarlo a lo largo de la calle para que vaya sólo, dándole un fuerte empujón. Cuando me quiero dar cuenta, el carrito se ha perdido en una calle estrecha con muchos coches y me temo lo peor, pero no logro encontrar el carrito, pero si que me encuentro a un hombre mayor1 que se pone a darme clases para cambiar de pañal a los recien nacidos. Allí, apoyado en los capós de los coches del aparcamiento, junto a más gente, el hombre se pone a dar consejos y explicaciones sobre la metodología del cambio de pañal.
Durante un momento, rodeado de hombres y mujeres que estan siguiendo las instrucciones, con niños sobre los capos de los coches, me pregunto de donde ha salido tanta gente y tantos niños...
1 El hombre mayor que daba clases era el mismo que nos explico, hace un mes, en la playa de cuesta maneli, que tipo de arcilla teníamos que coger para darnos un baño de barro.
En el primero, estaba aparcando un coche en una cuesta, pero no lo hacia muy bien y golpeaba al que estaba delante y al que estaba detrás, con tan mala suerte que el coche que estaba detrás, un mercedes de estos antiguos, se movía y se iba deslizando cuesta abajo. Justo abajo del todo había una casa con la que el coche chocaba y terminaba destrozando parte de la pared de la casa. Un estropicio total, no sabia que coño hacer y me pongo a dar vueltas alrededor de la casa/coche incrustado. Aquí, de forma brusca se interrumpe este sueño y me encuentro en otro sueño diferente.
En este segundo sueño, llevo un carrito de compra de un supermercado por la calle y me dá por soltarlo a lo largo de la calle para que vaya sólo, dándole un fuerte empujón. Cuando me quiero dar cuenta, el carrito se ha perdido en una calle estrecha con muchos coches y me temo lo peor, pero no logro encontrar el carrito, pero si que me encuentro a un hombre mayor1 que se pone a darme clases para cambiar de pañal a los recien nacidos. Allí, apoyado en los capós de los coches del aparcamiento, junto a más gente, el hombre se pone a dar consejos y explicaciones sobre la metodología del cambio de pañal.
Durante un momento, rodeado de hombres y mujeres que estan siguiendo las instrucciones, con niños sobre los capos de los coches, me pregunto de donde ha salido tanta gente y tantos niños...
1 El hombre mayor que daba clases era el mismo que nos explico, hace un mes, en la playa de cuesta maneli, que tipo de arcilla teníamos que coger para darnos un baño de barro.
De verdad q nunca dejarán de sorprenderme los sueños y qué carajo tendrán q ver con los deseos o miedos ocultos de nuestro subconsciente. Me encanta q nos expliques los tuyos.
ResponderEliminarExplicación sobre ellos no suelo dar (suelo reservármela), me limito a dejar constancia de lo que he soñado para luego recordarlo.
ResponderEliminarAy, q fino mijo, pues eso, q nos cuentes lo q has soñado.
ResponderEliminarjajajajaja fisno fisno nos ha salío el muchacho
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