Hablando con una amiga a traves del messenger, se nos ocurrió la idea de que los libros pudieran 'leerse sólos'. Mi amiga se quejaba de que tenia libros que todavia no habia leido, por falta de tiempo sobre todo. Entre jajajas y jajajis, deciamos que podria ser útil que se puedieran leerse sólos, sin intervención del usuario, pero claro podrian presentarse problemas o situaciones cuanto menos que ridículas.
Tenemos el libro pelmazo nació para dar caloo, que se pega a uno y empieza a leerse en voz alta. El libro está muy orgulloso de lo que escribieron en él y tiene el ego por la nubes a raiz del premio planeta que le dieron al autor recientemente.
- ¿Pero me quieres dejar en paz, por favor?. Le comenta irritado nuestro pobre usuario.
- ¿No te das cuenta de que estoy intentando dormir?.
- Si. -Le dice nuestro inestimado libro.- Pero es que este parrafo es muy bonito y he pensado que para ayudarte a coger el sueño deberias escucharlo, con atención...
- ¿Pero me quieres dejar en paz, por favor?. Le comenta irritado nuestro pobre usuario.
- ¿No te das cuenta de que estoy intentando dormir?.
- Si. -Le dice nuestro inestimado libro.- Pero es que este parrafo es muy bonito y he pensado que para ayudarte a coger el sueño deberias escucharlo, con atención...
Otra situación se da con el libro guason y que no está muy contento con el contenido que tiene. Nuestro libro prefería un contenido diferente a 'Las enfermedades cardiovasculares del mitocondrio almorranoide' y en un alarde de birlibirloque, cambio sus páginas por la última colección de lenceria fina de Victoria Secrets de la temporada otoño-invierno. No digo nada sobre la sorpresa y estupor que causó entre sus colegas de profesión, cuando el médico fue a consultar los síntomas que presentaba su paciente y se encontró que tenia el catálogo correspondiente de lenceria -muy interesante por cierto-.
Luego tenemos los libros que nacieron con un caracter díficil y rencoroso, tipo Los pilares de la Tierra, libros que cuando no les presta la adecuada atención, sienten celos y se dejan caer con todo su peso sobre el dedo gordo del pie.
Para acabar esta intermenable relación de ideas extravagantes, tenemos los libros bailarines, aquellos sobre los que intentas leer algo (sin utilizar el modulador de voz) y se ponen a mover la letras. Piensan ellos que estás malgastando tu tiempo, y sabiamente intentan hacerte ver -por la malas- que usar los ojos para leer no es recomendable en los tiempos que corren.
PD: Algun día tendre que contar la ocurrencia de las lavadoras pensantes, pero por hoy, ya tengo suficiente.
50% de idea concedida, hoy me siento muy magnanimo.
ResponderEliminarOh, si!, gracias por mi simple 50%. Aplicaré el derecho de veto que mi mitad me concede cuando llegue el momento oportuno. Mis abogados estarán de acuerdo, su futuro depende de este 50%.
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