El martes, 17 de noviembre, me dió un fuerte dolor en la espalda, zona del riñón. Recuerdo hasta la hora, porque me dió tiempo a buscar en google la posible causa. Primero busque 'dolor de lumbago' y luego 'cólico nefrítico', a las 18:40 y 18:46 respectivamente, antes de irme en un taxi a urgencias.
El diagnóstico confirmaba mi impresión, un cólico nefrítico que me tuvo seis días ingresado en el hospital Virgen del Rocío. Me practicaron durante el periodo de ingreso, dos nefrostomías percutáneas, ya que la primera no drenaba correctamente por lo que se tuvo que retirar y colocar otra.
Ahora tengo un catéter en el riñon y una bonita bolsa en el espalda hasta que determinen sí el riñón esta libre de cálculos renales. La bolsa pequeña la conecto a un grande por la noche, para poder descansar mejor y evitar que se llene la pequeña. Dicha bolsa pequeña debe cambiarse cada dos días y la llevaré por lo menos hasta finales de año, en el que me hacen una prueba (nefrostografía). La doctora me dijo que no tuviera prisa y que me hiciera a la idea de que estaría con ella de dos a tres meses.
Durante el tiempo de ingreso en observación (tres días), el dolor fuerte no pudo ser atenuado al ser 'alérgico' a los calmantes (ibuprofeno, nolotil y otros cuyos nombres tienen el hechizo de olvido inmediato), resultado que únicamente me podían poner derivados de la morfina por la noche. Hasta que funcionó el segundo catéter, fueron tres días en observación en que contaba hasta mil y vuelta a empezar para aguantar el dolor.
En fin, debería escribir la Guía de Supervivencia a la sala de Observación en Urgencias del Hospital Virgen del Rocío. Aquello era medicina de campaña. Igual que los relatos que he leído de los pabellones de heridos de guerra. Durante esos tres días y medio, lo pase bastante mal y tuve que ir haciéndome una lista mental de los pasos a dar hasta los cuartos de baños mientras arrastraba con una mano el 'palo' con ruedas donde estaba colgado el goteo del suero y con la otra llevaba con mucho cuidado la segunda bolsa que estaba conectada a la que del riñón.
No puedo tener quejas del personal del hospital, después de todo hacen lo que pueden y hasta diría que más, pero no por ello me pareció correcta la situación en la que estaban los enfermos y en la que el personal sanitario tenía que prestar el servicio.
La situación para mi familia y amigos ha sido también complicada, puesto que los cuatro primeros días en los que estuve en observación, no podían verme nada mas que una hora y media por la mañana y tarde.
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