Hace un par de días pensé en la siguiente historia, adaptable para hacer un corto.
Por la radio se escucha el siguiente mensaje:
Lo más extraordinario ocurrió en las siguiente doce horas. Paulatinamente las fuerzas de seguridad del país empezaron a detectar un incremento en el trafico de salida de las ciudades. Bueno, deberían haberlo detectado pero entre sus filas empezaron a surgir los abandonos.
Nueve de cada diez ciudadanos empezaron a huir. Tenían miedo de ser descubiertos. Sólo quedaron unos pocos. Las salidas de las ciudades estaban colapsadas. Todo el mundo quería huir. Todos formaban parte de células antisistema. Eran muchísimos pero su propia forma de organización les impedía saber que fuesen tantos, de tan secreta que era.
Nadie les dijo que no tenían que hacerlo, que no tenían que luchar. El miedo les impidió saber que habían vencido.
Por la radio se escucha el siguiente mensaje:
Aquí Radio Libertad,Ese mensaje se emitió a las una de la noche de un martes 4 de noviembre cualquiera. Se volvió a repetir treinta minutos después. Luego llego el silencio.
a todos nuestros agentes.
Madre ha caído.
Repetimos.
Madre ha caído
La cacería ha comenzado.
Por favor, huyan!
Lo más extraordinario ocurrió en las siguiente doce horas. Paulatinamente las fuerzas de seguridad del país empezaron a detectar un incremento en el trafico de salida de las ciudades. Bueno, deberían haberlo detectado pero entre sus filas empezaron a surgir los abandonos.
Nueve de cada diez ciudadanos empezaron a huir. Tenían miedo de ser descubiertos. Sólo quedaron unos pocos. Las salidas de las ciudades estaban colapsadas. Todo el mundo quería huir. Todos formaban parte de células antisistema. Eran muchísimos pero su propia forma de organización les impedía saber que fuesen tantos, de tan secreta que era.
Nadie les dijo que no tenían que hacerlo, que no tenían que luchar. El miedo les impidió saber que habían vencido.
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