El espiritu olímpico que promueven las instituciones es más falso que un billete de 1 €. Ese olimpismo absurdo que obliga a que los atletas no puedan dar su opinión sobre cualquier tema o que no puedan comportarse como les salga de sus reales cojones por mor de lo políticamente correcto, en donde priman más unos intereses económicos, no vale nada.
Que se dejen de hipocresias baratas, que gracias al falso ideal muchos se estan forrando. Me revienta escuchar las palabras espíritu olímpico.
Que se dejen de hipocresias baratas, que gracias al falso ideal muchos se estan forrando. Me revienta escuchar las palabras espíritu olímpico.
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