La siesta de esta tarde me ha dejado otro sueño para recordar.
En esta ocasión asistía como espectador a un discurso que daba Felipe Gonzalez en un estadio en Chile. En el estadio habían metido a muchos chilenos disidentes durante el golpe de estado de Pinochet y todo lo que habia allí era un homenaje que se le hacia a las víctimas.
Al poco de empezar a hablar, a Felipe Gonzalez le entraba un ataque de tos. Los guardaspaldas y allegados le asistían como podían, pero parecía que el ataque era serio. El público se callaba pero se escuchaba un rumor de preocupación ante los intentos desesperados de hacer que Felipe Gonzalez pudiera respirar. La cosa pintaba mal. Mientras el público estaba callado, de vez en cuando se escuchaban aplausos del público por los altavoces del estadio. Parecían que de ánimo, pero luego caí en la cuenta de que era aplausos grabados, para los discursos y que nadie se había acordado de silenciar.
Finalmente, se confirma lo peor, yo me había dado cuenta antes de que se moría, pero hasta el final siguieron intentando reanimarlo. Incluso intentaron dejarlo en el asiento, pero se cayo al suelo y fué cuando el público también se percato de que había muerto.
Me volví hacia mi madre y hermanos, que estaban por allí cerca, y fué cuando me invadió un gran sentimiento de pena, que hacia que mientrás subía por las escaleras de las gradas del estadio, estuviese llorando, pensando que había muerto un hombre bueno y que no merecia esa muerte.
El sueño en sí, me trajo otros pensamientos, relacionados con la comparación de la situación chilena y española, el regreso de la democracia y el castigo de los golpistas. En España, se le tenia un cierto miedo al ejercito, pero el fracaso del golpe de estado de Tejero y la respuesta de gran parte de las fuerzas armadas y del rey, supuso que ciertos recelos desaparecieran. En Chile, creo que eso no se ha producido. Aún se le tiene miedo y odio al ejercito, que causa mucho dolor y sufrimiento durante los años en los que Pinochet gobernó.
Sin duda, un sueño la mar de extraño.
En esta ocasión asistía como espectador a un discurso que daba Felipe Gonzalez en un estadio en Chile. En el estadio habían metido a muchos chilenos disidentes durante el golpe de estado de Pinochet y todo lo que habia allí era un homenaje que se le hacia a las víctimas.
Al poco de empezar a hablar, a Felipe Gonzalez le entraba un ataque de tos. Los guardaspaldas y allegados le asistían como podían, pero parecía que el ataque era serio. El público se callaba pero se escuchaba un rumor de preocupación ante los intentos desesperados de hacer que Felipe Gonzalez pudiera respirar. La cosa pintaba mal. Mientras el público estaba callado, de vez en cuando se escuchaban aplausos del público por los altavoces del estadio. Parecían que de ánimo, pero luego caí en la cuenta de que era aplausos grabados, para los discursos y que nadie se había acordado de silenciar.
Finalmente, se confirma lo peor, yo me había dado cuenta antes de que se moría, pero hasta el final siguieron intentando reanimarlo. Incluso intentaron dejarlo en el asiento, pero se cayo al suelo y fué cuando el público también se percato de que había muerto.
Me volví hacia mi madre y hermanos, que estaban por allí cerca, y fué cuando me invadió un gran sentimiento de pena, que hacia que mientrás subía por las escaleras de las gradas del estadio, estuviese llorando, pensando que había muerto un hombre bueno y que no merecia esa muerte.
El sueño en sí, me trajo otros pensamientos, relacionados con la comparación de la situación chilena y española, el regreso de la democracia y el castigo de los golpistas. En España, se le tenia un cierto miedo al ejercito, pero el fracaso del golpe de estado de Tejero y la respuesta de gran parte de las fuerzas armadas y del rey, supuso que ciertos recelos desaparecieran. En Chile, creo que eso no se ha producido. Aún se le tiene miedo y odio al ejercito, que causa mucho dolor y sufrimiento durante los años en los que Pinochet gobernó.
Sin duda, un sueño la mar de extraño.
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