Había tenido en buena estimación a los fluchos pero con el paso del tiempo había notado un dolor en las plantas de los pies cuando me levantaba. Cogí cita en el verano porque los dolores en los pies iban a peor. Me dijo que cambiara de calzado, que lo que tenía era una fascitis plantar -algo que sólo había escuchado en la tele que les pasaba a los jugadores de baloncesto y tenistas-.
El cambio de zapatos ha funcionado (los cambie por unos pikolinos). Llevo seis meses y los dolores han desaparecido por completo. No creo que fuera un problema de marcas en sí, sino del modelo concreto que llevaba pero tampoco me arriesgaré a comprobarlo.
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