Hace tiempo emitieron un programa de los cazadores de mitos en los que intentaban averiguar si es útil correr cuando esta lloviendo. En las pruebas, bastante limitadas, no llegaron a una conclusión.
Más tiempo aún hace que hable de ese tema con un amigo en la que eramos de opiniones diferentes, él decía que era una tontería correr porque te mojabas más y yo decía que no tenía por qué.
Me parece que ese problema es posible resolverlo, matemáticamente hablando, de una forma parecida a los problemas de cálculos de máximos y mínimos en segundo de BUP. Aquel problema del socorrista que tenía que calcular el punto exacto en donde se tenía que tirar al agua para salvar al nadador con el tiron muscular y salvarlo antes de que se ahogara es el ejemplo, que resolvía aplicando derivadas primeras y segundas a las función de distancia recorrida en función de la velocidades del socorrista cuando iba corriendo por el borde de la piscina y nadando en dirección al nadador.
En este caso, hay que hacer una función que calcule la cantidad de agua por unidad de volumen y otra función que calcule la cantidad de unidades de volumen que traspasa nuestra superficie dependiente de la velocidad.
Esta claro que teniendo una cantidad de lluvia constante, al ir más rápido iremos pillando más agua por unidad de tiempo y superficie, pero al ir más rápido estaremos menos tiempo sometidos a la lluvia. Lo importante es averiguar cual es la velocidad justa a la que debemos ir.
Y todo esto lo pensé esta mañana mientras conducía, esperando en un semáforo y viendo como caía el agua sobre el cristal de coche. Es lo que tiene que llueva tanto por Sevilla, que no estamos acostumbrados, el cerebro se nos vuelve agua y nos ponemos a pensar en matemáticas.
Más tiempo aún hace que hable de ese tema con un amigo en la que eramos de opiniones diferentes, él decía que era una tontería correr porque te mojabas más y yo decía que no tenía por qué.
Me parece que ese problema es posible resolverlo, matemáticamente hablando, de una forma parecida a los problemas de cálculos de máximos y mínimos en segundo de BUP. Aquel problema del socorrista que tenía que calcular el punto exacto en donde se tenía que tirar al agua para salvar al nadador con el tiron muscular y salvarlo antes de que se ahogara es el ejemplo, que resolvía aplicando derivadas primeras y segundas a las función de distancia recorrida en función de la velocidades del socorrista cuando iba corriendo por el borde de la piscina y nadando en dirección al nadador.
En este caso, hay que hacer una función que calcule la cantidad de agua por unidad de volumen y otra función que calcule la cantidad de unidades de volumen que traspasa nuestra superficie dependiente de la velocidad.
Esta claro que teniendo una cantidad de lluvia constante, al ir más rápido iremos pillando más agua por unidad de tiempo y superficie, pero al ir más rápido estaremos menos tiempo sometidos a la lluvia. Lo importante es averiguar cual es la velocidad justa a la que debemos ir.
Y todo esto lo pensé esta mañana mientras conducía, esperando en un semáforo y viendo como caía el agua sobre el cristal de coche. Es lo que tiene que llueva tanto por Sevilla, que no estamos acostumbrados, el cerebro se nos vuelve agua y nos ponemos a pensar en matemáticas.
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