Desde final de octubre no he tenido ninguna semana normal. Es decir, ninguna semana en la que haya tenido la rutina de los cinco días de trabajo y luego el descanso del fin de semana. Durante todas estas semanas, por uno cosa o por otra -festivos, vacaciones, más festivos- siempre ha visto algo que ha hecho que la semana sea más corta.
Sin ir muy lejos, la semana pasada pensaba que el viernes era lunes y el lúnes de esta semana pensaba que era viernes.
Quizás todo venga porque los días de descanso no han sido tales y más bien han sido días de enrreo pelusil.
Sin ir muy lejos, la semana pasada pensaba que el viernes era lunes y el lúnes de esta semana pensaba que era viernes.
Quizás todo venga porque los días de descanso no han sido tales y más bien han sido días de enrreo pelusil.
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