Quité la L del coche. La ceremonia ha sido muy simple, sin himnos ni canciones, abrir el maletero y cogerla de la tapiceria del coche, donde reposaba desde la última vez que se cayó, señor agente, -hace 10 meses-. Ya no hay peligro de multas por una mala colocación.
Ha sido el último gesto de algo que empecé hace mucho tiempo.
Ha sido el último gesto de algo que empecé hace mucho tiempo.
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